lunes, 25 de julio de 2011

Frases De Joaquin Sabina


La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.

Ni yo mato por celos ni tú mueres por mí.

El amor es una epidemia que se acaba con el tiempo.

De ti depende y de mí que entre los dos siga siendo ayer noche, hoy por la mañana.

Era tan pobre que no tenía más que dinero.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren...

Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño.

Si protesta el corazón en la farmacia puedes preguntar, tienes pastillas para no soñar?

Los hombres engañan más que las mujeres; las mujeres, mejor.

No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás existió.

Los besos que me perdí por no saber decir te necesito.

Este ádios no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá, esta ceniza no juega con fuego, este ciego no mira para atrás.

Lo peor de la pasión es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos.

Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.

Me considero un rojo sin diminutivos. No soy un rojillo, soy un rojo, un rojazo. Y eso no quiere decir comunista, ni socialista, ni anarquista, quiere representar esa hermosísima ideología de hace unos años, que hacía creer que esta infamia de mundo podía cambiar de alguna manera.

Está bien tener sombrero por si se presenta una buena ocasión para quitárselo.

A menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después.

Nunca tuve más religión que un cuerpo de mujer.

Con su todo es ahora, con su nada es eterno, con su rap y su chotis, con su okupa y su skin, aunque muera el verano y tenga prisa el invierno la primavera sabe que la espero en Madrid.

Qué difícil intentar salir ilesos de esta magia en la que nos hayamos presos.

Pelearé hasta el último segundo y mi epitafio será: no estoy de acuerdo.

Qué pequeña es la luz de los faros de quien sueña con la libertad.

Estos labios que saben a despedida, a vinagre en las heridas, a pañuelo de estación.

Este pez ya no muere por tu boca, este loco se va con otra loca.

No abuses de mi inspiración,No acuses a mi corazón. Tan maltrecho y ajado que está cerrado por derribo...


No hay comentarios:

Publicar un comentario